Si eres del tipo de persona que no deja de maravillarse por lo asombroso detrás de cada amanecer, si derrochas tu tiempo buscando un lugar para encontrarte contigo mismo o simplemente estas buscando escapar de la monotonía del día a día, este post es para ti.
Ya en otra oportunidad hablamos de las 5 Cosas Que Hacer en Gandía: No Todo es Playa, Sol y Arena. Ahora, es momento de detenernos y quedarnos sin aliento. Aquí te muestro los tres destinos para contemplar en Gandía y La Safor.
¿Qué Tiene De Especial La Safor?
La Safor, por estar entre el mar y las montañas, posee sin lugar a dudas una ubicación privilegiada. Caracterizada por ese contrastante entre mosaicos, puedes pedalear desde sus playas hasta sus abruptas montañas y sierras en tan solo unas pocas horas.
Por si fuese poco, la Safor dispone de una amplia red de infraestructuras para disfrutar del cicloturismo con total seguridad. Si quieres conocer más sobre las mejores rutas para la práctica del cicloturismo en Gandía y La Safor, te invito a revisar nuestro artículo sobre 3 Rutas Cicloturistas Que No Te Puedes Perder.
Así que, sin más prorrogo llénate de expectativas y vamos a ello. Aquí tienes los 3 Destinos Para Detenerte A Contemplar en Gandía y La Safor.
1. Paraje Natural de Parpalló
Por encontrarse ubicado en la sierra de Mondúver, el Paraje Natural de Parpalló constituye un bello ejemplo de serranía mediterránea con relieves calizos muy erosionados y una vegetación bien adaptada a los climas extremos de verano.
Los amantes del ciclismo pueden recorrer el Paraje a través de senderos debidamente señalizados con paneles explicativos. El más popular es el sendero Parpalló – Font del Garrofer, con una trayectoria circular de unos 8 Km que empieza en el aparcamiento del centro de interpretación ubicado junto a la vía principal.
Para los que además sois amantes de la arqueología, os dejo un lugar donde resulta imprescindible detenerse, contemplar y conectar con el legado de nuestros ancestros. Las excavaciones realizadas en la Cueva del Parpalló y les Meravelles dan indicios de la existencia de ocupación humana en la zona desde la época del Paleolítico.
Se trata de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda Europa y se encuentra justo aquí, en La Safor. A tan solo 10 Km desde la ciudad de Gandia.
2. Marjal de Gandía
Si lo que buscas es un lugar para detenerte y contemplar de la fauna, nada mejor que el Marjal de Gandía; el gran pulmón verde de la ciudad.
El Marjal de Gandía, también conocido como Marjal de La Safor ya que incluye a tres municipios de la comarca, es un afloramiento de agua dulce que forma una gran cantidad de lagunas y humedales en los que habitan una variedad enorme de aves residentes y migratorias además de otras especies terrestres, muchas de ellas endémicas de la zona.
Rodeada por las sierra de Mondúver, el Marjal constituye un paisaje idóneo para el disfrute de la vista, con una vegetación muy bien conservada. Aquí encontraras varios senderos ideales para andar en bici y un circuito señalizado de 4,5 Km en torno a las lagunas.
A la entrada del Marjal podemos encontrar una antigua construcción digna de ser apreciada, se trata de la Alquería del Duc, una construcción fortificada que los duques de Gandía construyeron en el siglo XVI como finca de caza y recreo.
3. Paseo Marítimo y Playas de la Safor
Era imposible llegar a este punto sin mencionar uno de los mayores atractivos paisajísticos que nos ofrece La Safor; sus maravillosas playas.
Así es, algunas de las mejores playas de la Comunidad Valenciana se encuentran en la comarca de La Safor, este es el caso de: Gandia, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Xeraco, Bellreguard, Miramar, Guardamar, Daimús, entre otras.
Muchas de estas playas han sido galardonadas con banderas azules durante repetidos años. Para los que no sabéis, este consiste en un galardón que es otorgado anualmente por la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales e instalaciones.
Cerca de Gandía encontramos la Playa de l’Ahuir, un tramo de litoral salvaje y virgen con dos kilómetros de un increíble frente dunar sin construcción alguna, de los que quedan pocos ya en el mediterráneo. Un ejemplo de cómo se veía gran parte de la costa valenciana antes del boom turístico de los años sesenta. Un verdadero espectáculo para los amantes del aire libre, digno de ser contemplado.
El mundo nos enseña a ir de prisa, sin enfocar los detalles de la vida. Puede que en esa carrera perdamos el sentido de una sonrisa, del aire que se respira o aquella tierna brisa que se lleva el viento y vuelve y te acaricia una y otra vez sin dejar de hacerlo.
Cuántas veces hemos dejado de contemplar el alma tras una mirada y un par de ojos negros; reemplazando el amor por el orgullo, y la amistad, por el deseo egoísta de conseguir lo que queremos.
En los colores de esta vida radica la esencia misma de nuestro ser, en el llanto de un atardecer como en la alegría de la aurora. En cada yarda recorrida esta esencia es la pendiente, el ritmo, el tiempo, la trayectoria y no hay punto de partida ni punto de llegada cuando cada segundo lo vale todo, cuando trazas el rumbo de tu historia.
En cada yarda recorrida tienes la oportunidad de elegir si vivir una vida casual y monótona, o vivir la vida como si todo en ella fuese un milagro.
Tuya es la decisión entre: correr, sin saber que distancia para luego cansarte, o simplemente pedalear y disfrutar del paisaje; contemplar la majestuosa obra de la creación, la innegable prueba de la grandeza del universo, el poderoso testimonio de todo lo que nos mantiene vivos, el amor…