Es cierto que los pequeños detalles de la vida nos llenan de una gran satisfacción. ¿Cuánto más si esos pequeños momentos se comparten al lado de las personas más importante? Si eres como yo, sé justo en lo que estás pensado: la familia, los amigos, ese pequeño círculo que es lo que más valoramos.
En un mundo como el de hoy, con segundos que robarles al tiempo y espacios naturales tan reducidos, resulta tan necesaria una escapada –y es que, para serte sincero, todos necesitamos alejarnos en algún momento del mundanal ruido y conectarnos con esa delgada fibra que nos mantiene unidos a todo aquello que llamamos naturaleza.
Por eso, hoy te traigo la ruta perfecta si lo que buscas es un paseo tranquilo en bici para ir acompañado de quienes más amas. ¿Y qué mejor elección que los diferentes caminos que recorren la preciosa zona del marjal de Gandía y La Safor?
¿Aún no conoces La Marjal?
Si acaso andas turisteando en Gandia –y por cierto, es muy probable que sea tu primera vez en esta mágica ciudad y si ese es tu caso sería estupendo que checaras nuestro artículo sobre 5 Cosas Que Hacer en Gandía, puede que no hayas escuchado aun de La Marjal. Pues bien, déjame responder a tus dudas.
La Marjal de Gandia, consiste en una maravillosa reserva de fauna y flora de importantísimo valor desde el punto de vista ecológico y además botánico. Sin lugar a dudas, un precioso rincón para pasar el día, pasear o simplemente desconectar y liberarte del estrés. No en vano figuró en nuestro post sobre 3 Destinos Para Detenerte A Contemplar.
La gente de por estos lados le suele llamar “El Pulmón de Gandía”. Si bien, el apodo le calza como anillo al dedo –y es que, de hecho, tiene bastante lógica–, la Marjar de Gandia es un lugar donde los humedales cobran gran protagonismo.
La marjal de Gandia, forma parte de una unidad ambiental mucho más grande que –a saber, lleva por nombre la Marjal de la Safor. La misma, con una extensión total de unas 1.225 Ha. engloba los términos municipales de Tavernes de la Valldigna, Xeraco, Xeresa y Gandia. Así que lo que vemos en Gandía es tan solo una punta de Iceberg, por así llamarlo.
Una punta de iceberg de aproximadamente un 37% de la superficie total del Marjal de la Safor.
Ya que he mencionado esto de los humedales, sé que a lo mejor te preguntarás: “y bien, ¿de dónde sale tanta agua?”. Pues, resulta que el aporte hídrico de este valioso ecosistema proviene de aguas subterráneas. Sí, sé lo que estás pensando, de hecho yo también he meditado en ello mil veces: “¡Agua Dulce!”. Agua dulce por doquier, separada del mar por tan solo una pequeña línea de sedimentos que se ha ido acumulando durante miles, miles de años a lo largo de toda la costa.
Bien, en respuesta a tu pregunta, el hecho es que existe un proceso mediante el cual –espero no sonar a libro de teoría– mediante el cual, el agua simplemente aflora en la superficie a través de manantiales o ullals, fuentes naturales que ponen en contacto a los acuíferos que se encuentran bien abajo, en el subsuelo, con la superficie.
De cualquier modo, el hecho es el que sigue, y es que la Marjar de Gandía –o de La Safor, si queremos generalizar–, constituye un lugar único, una verdadera maravilla de la naturaleza, sin nada que envidiar a cualquier otro humedal desde el punto de vista paisajístico, de la fauna, de la flora… de la experiencia que podría hacerte vivir.
En este paseo en bici desde Gandia al Marjal, iremos viendo las acequias llenas de agua, con la vegetación típica de los humedales, como el Carrizo y la Totora, además de especies de fauna como tortugas, el gall de canyar, y con suerte garzas imperiales o reales.
Pasaremos por pasarelas de madera que atraviesan estanques donde encontraremos miradores, por si queremos detenernos y contemplar la inmensa extensión de este entrañable panorama.
¿Y qué del itinerario?
Bien, ¡vamos a ello! Nuestra ruta comienza en el cruce de la Avenida Blasco Ibañes hacia la calle comercio, en el corazón de Gandía. Continuamos por la Avenida Alcodar y más adelante, con un giro hacia la derecha, estamos en la Calle Brosquil. Luego, un pequeño tramo ubicado a la derecha nos lleva directo al Marjar, a través del Camí de L’Alqueria de Potes.
En este punto, situado a los pies de las ruinas del Castillo de Bayrén, encontramos en el maravilloso Ullal de L’Estany, uno de los tantos manantiales que nutre la Marjal de Gandia.
Muy cerca de L´ullal de L´Estany, se encuentra el Aula de la Natura, un centro de interpretación del marjal ubicado junto al ullal el cual os recomiendo visitar antes de continuar con la ruta. Justo al frente, se encuentra L’Alqueria del Duc, una construcción fortificada del siglo XVI de origen musulmán. Si avanzamos un poco más, también nos podemos encontrar con L’Ullal de la Perla.
En adelante, continuamos nuestra ruta a través de la Marjal siguiendo el camino que nos conduce al Camí De La Sèquia Del Rei, allí nos toparemos con el Ullal Fosc, uno de los principales manantiales que alimenta este Marjal. En este punto, podríamos sencillamente encontrarnos a uno o dos metros por debajo del nivel del mar. Interesante dato, ¿no es cierto?
Es importante señalar que cada uno de estos humedales se puede visitar gracias a los caminos de madera que han sido habilitados para tal fin.
Así, continuamos nuestro recorrido hasta acercarnos a Xeresa, donde bordeamos la Muntanyeta de la Creueta y tomamos rumbo Este hacia la Marjal dels Borrons, el cual forma parte de la Marjal de Xeresa, considerándose una de las zonas húmedas litorales mejor conservada en la Comunidad Valenciana.
Y, para cerrar el día con broche de oro, encontraremos aquí una serie de puntos debidamente señalados para la práctica del birdwatching. Súmale a esto el brillo dibujado sobre el lienzo del atardecer y tendrás todo lo que necesitas para disfrutar del mejor momento apacible en familia.
El retorno a Gandía se realiza siguiendo el Camí de Racó, luego tomando el Cami Assagador de Morant, para así retomar el Camí De La Sèquia Del Rei en dirección opuesta.